El primer bloque que nos
encontramos al llegar a la asignatura de “Literatura española, literatura
infantil y educación literaria” tiene como nombre “Literatura infantil.
Análisis y selección”.
Antes de nada,
definamos que es un texto literario y que no es:
Para que un
texto sea literario tiene que cumplir TODAS las características que se enumeran
a continuación:
1.
Tiene que pertenecer a uno de los tres
géneros literarios: prosa, verso o teatro.
2.
Tiene que hacer un uso explícito de la
función poética del lenguaje. Se debe emplear el simbolismo del significado de
las palabras (para permitir extraer sensaciones de las palabras) con el uso de
figuras literarias.
3.
Tiene que ser obligatoriamente de ficción
(algo que no es real pero podría ser) o fantasía (no es real y nunca podrá
serlo, ej. dragones, hadas…).
4.
Su primera intención tiene que ser la
artística. Puede tener más (didáctica, educativa…) pero no pueden ser las
principales. NO tiene que tener una intención funcional. La intención principal
del autor es crear una obra artística.
Pero… ¿qué pasa
si no las cumple TODAS?
Aquellos textos
que no cumplen las cuatro características en su totalidad se denominan textos
paraliterarios (no suelen cumplir en la ficción y/o en la
intencionalidad artística).
OJO: normalmente los textos paraliterarios se consideran de peor calidad que
los textos literarios pero no tiene por qué ser de esta manera. Antes de
juzgar… ¡lee!
Ahora ya
podemos definir qué es la literatura:
“La literatura es arte creado con palabras.”
En este bloque hemos podido
aprender cómo los cuentos han ido cambiando a lo largo de la historia, tanto a
nivel de enseñanzas como de personajes. Tras haber terminado este primer tema,
he podido descubrir que la literatura cambia a la vez que la sociedad y que
cuando hablamos de literatura infantil no hablamos de textos moralizantes ni
con enseñanzas como primer objetivo sino de “textos literarios para niños de
entre 0 y 12/14 años cuyo objetivo principal es acercar a los niños a una
experiencia artístico-literaria”. La primera manifestación de literatura
infantil se dio en el siglo XVII con Lope de Vega y su poema “Los pastores de
Belén”.
Personalmente, antes de
empezar el tema no tenía conciencia de toda la evolución que ha tenido la
literatura infantil pues nunca me habría podido imaginar que en un principio
los cuentos de niños eran utilizados como ejemplos de modelos de conducta que
el niño debía adoptar y que siempre tenían una moraleja muy marcada. Me llamó
mucho la atención el descubrir cómo los cuentos han ido cambiando a lo largo de
la historia. Desde los cuentos de Calleja, cuya finalidad eran enseñar a los
niños que hay que ser buenos y portarse bien y que contenían personajes planos
y estereotipados, hasta llegar a cuentos como los de “Antoñita la fantástica”
en los años 40 y 50 en los que su protagonista ya no es una niña ideal sino que
tiene cosas tanto buenas como malas y que a través de sus aventuras la autora
pretende hacer una crítica a la sociedad. Un poco más tarde, en la década de
los 60 se plasma un niño rebelde e independiente. Gloria Fuertes destaca en
esta época pues cambió el panorama de la literatura infantil con su poesía
inspirada en la inglesa. Pero es en los años 90 cuando queda redefinida la
literatura infantil, es en esta época cando se cambia el pensamiento de literatura
infantil al actual dejando de lado la paraliteratura. La LOGSE obliga tener una
biblioteca a los colegios y hay un “boom” de libros infantiles y juveniles
(aunque no son todos de calidad literaria).
Por otro lado, en este
bloque también hemos aprendido algo de gran utilidad para nuestra futura
profesión como maestros: cómo debemos elegir cuentos adecuados para diferentes
edades. Esto ha sido posible gracias al repaso que hemos hecho sobre las
diferentes etapas por las que los niños pasan en su infancia y cuáles son sus
características así como sus intereses. De esta manera podemos pasar de las
nanas o cuentos en los que utilicemos las partes del cuerpo (0-2 años) a
cuentos de animales y fantasía (5-7 años) hasta llegar a la etapa de los 10-12
años con cuentos más elaborados de ciencia ficción, acción, amor, detectives…
Es muy importante tener en cuenta la psicología del niño a la hora de elegir
los libros pues si queremos que tomen cómo hábito y hobbie la lectura deben de
ser libros que entiendan y sean de su interés.
Además, para ser más exhaustivos
a la hora de elegir adecuadamente un libro para nuestros alumnos hemos
aprendido los aspectos a tener en cuenta:
-Tamaño de la letra: primer
ciclo fuente nº16-18, segundo ciclo 14-12, tercer ciclo 10-12.
-Manejabilidad e
ilustraciones (más en primer ciclo, menos en el tercero).
-Maquetación: tamaños interlineales
adecuados y longitud de las líneas. Las letras más legibles son las tipo Arial
y Times New Roman.
-Estructura: en el primer
ciclo debe ser planteamiento, nudo y desenlace / en el segundo ciclo puede
empezar por el final / en el tercer ciclo puede ser res-media.
-Leguaje: vocabulario
adecuado a la edad y cercano, frases y párrafos sin demasiadas subordinadas si
estamos en los primeros ciclos y estilo lingüístico (si es humorístico, ágil
porque tiene muchos diálogos…)
-Temas y valores: hay que
tener en cuenta qué aspectos toca el libro para luego poder trabajar mejor con
los niños.
-Conclusión: es
importantísimo que después de haber estudiado como es el libro nos preguntemos
si le utilizaríamos para esa edad u otra y por qué.
También me gustaría
destacar que me llamó mucho la atención el hecho de que se puedan trabajar los
tres géneros literarios en primaria ya que yo solo he tenido la oportunidad de
trabajar la prosa (aunque no existen los textos dramáticos para los niños
menores de 8 años).
Tras dar este primer bloque
y haber terminado las prácticas, me he dado cuenta de que la lectura en los
colegios (o al menos los que he tenido la oportunidad de visitar) se trabaja
como un elemento obligatorio, un peso más con el que los niños tienen que
lidiar entre tantas asignaturas y no cómo algo motivador, un momento de
desconexión y de disfrute personal. Además, en muchos casos los profesores
tiran de libros recomendados por las editoriales sin habérselos leído antes. Es
el caso de uno de los colegios en los que he podido estar, donde fue toda una
sorpresa descubrir que el libro que habían elegido para una de las clases
estaba lleno de ironías y dobles sentido que los niños eran incapaces de
entender y aun así lo tenían que leer porque era el que se les había mandado
comprar a principio de curso y claro ¿cómo explicas que ese libro de repente no
vale? Es por este tipo de incidentes por lo que los maestros deben leerse los
libros y analizarlos cuidadosamente antes de mandarlos.
Como futura maestra creo
que es muy importante que transmita las ganas de leer a mis alumnos mediante la
elección de libros compatibles con su momento evolutivo, que les hagan pasar un
rato agradable y de temas que sean de su interés. A su vez, creo que los
ejercicios que estamos acostumbrados a ver después de la lectura no son del
todo adecuados pues muchos se basan en agudizar la memoria y no en entender el
contenido del libro. En mi opinión sería más interesante hacer preguntas más
subjetivas, que tengan que ver con los sentimientos que han vivido leyendo el
libro o preguntas que despierten su imaginación como proponer otros finales.
En un futuro me gustaría
poder acercar a mis alumnos a la literatura pudiéndome guiar por sus intereses
y su edad de tal manera que consiga encontrar una variedad de títulos que
tengan una calidad literaria y que despierten en ellos la curiosidad y las
ganas de encontrar y leer nuevos libros por su propia cuenta.
Por otra
parte, creo que en muchas ocasiones se sigue utilizando en las escuelas la
paraliteratura. Digo esto porque en mi experiencia personal, en el colegio,
desde 1º de primaria hasta 2º de bachillerato, todas las mañanas nos leían un “cuento”
de un pequeño libro del que luego comentábamos un par de cuestiones que te venían
apuntadas. Después de haber dado este bloque me he dado cuenta de que todas
aquellas historias no eran más que pequeñas fábulas e historias con moralejas que
tenían una finalidad muy clara. Por su parte, en el colegio donde he estado de
prácticas seguían el mismo patrón y las únicas historias que se contaban (en
alguna clase de alternativa) eran todas fábulas.
¿Por qué no
dejamos a nuestros alumnos leer por el mero placer de disfrutar
de una buena
historia?
Creo que es
una pregunta fundamental que se deberían hacer muchos maestros pues no hace
falta que los valores y las enseñanzas estén tan marcados y dirigidos como en
los textos paraliterarios. Si es que aprendan valores lo que les preocupa a los
profesores, estos deben saber que todos los textos literarios van a enseñar
algo a sus lectores pero de una manera más sutil, dejando que el lector haga su
propia lectura, los niños deben leer porque disfrutan haciéndolo y no con el
pensamiento de que tienen que aprender algo.
Links de
interés:
Claves para
elegir un libro adecuado:
Guía muy completa
sobre lo que tienes que tener en cuenta para leer un libro, qué libros son
mejores para cada edad y una selección de títulos divididos por edades: